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25.5.18

El latón como envase


El latón u hojalata es uno de los envases metálicos más tradicionales y clásicos, y aunque su uso se ha reducido notablemente (además de que muchos de ellos ya no son de latón, sino de aluminio) sigue teniendo ese aire nostálgico que tanto nos gusta.

Por sus propiedades antimicrobianas, el latón era perfecto (lo sigue siendo) para envases de elementos médicos y farmacéuticos, como vendas o apósitos. También era habitual realizar de estas aleaciones envases para alimentos, seguramente que muchos recordáis los envases de galletas o de productos a base de cacao, como Phoscao.

13.3.18

Imagen tridimensional de CCNI Radio podcasts, ¿cómo se hizo?


El efecto tridimensional es complicado de conseguir en una imagen en 2D, sobre todo sin hacer uso de artilugios electrónicos ni gafas. Pero jugando con sombras y líneas podemos conseguir un efecto bastante realista y muy llamativo con una imagen cualquiera. Os vamos a explicar aquí cómo hacerlo, contándoos cómo logramos realizar el efecto 3D que podéis observar en la imagen publicitaria de la página de Podcasts de CCNI Radio.

En esa imagen, como podéis observar por la fotografía de cabecera, vemos a un locutor leyendo un guión, y parece que las ventanas, con los edificios que se ven tras ellas, el equipo electrónico e incluso el propio cuerpo que toma el protagonismo central en la imagen, tienen forma. El cabello, los mandos de los transmisores, incluso los cables, parecen "salir" de la foto.

2.3.18

Las tardes de domingo con la radio


No me gusta el fútbol, y mucho menos por la radio, me resulta soporífero y aburrido. Quizá porque mi padre se pasaba los domingos por la tarde escuchando el carrusel de RNE (su emisora preferida y a la que siempre le fue fiel, aunque hoy habría que llamarle "tablero deportivo" por aquello de los "copyrights", ya que, como sabéis, el término de "programa carrusel" es de la SER), y quizá por eso quedé hasta "el moño" de fútbol. Pero es verdad que, aunque los carruseles deportivos sea aún hoy uno de los espacios que más beneficios aportan a las grandes cadenas de radio, sus oyentes están en caída vertiginosa e imparable.

Normalmente cuando pasaba por los parques en mi ciudad no era nada extraño encontrarte con ancianos escuchando los partidos por la radio, pero a medida que esos ancianos van desapareciendo, esa práctica también cae en desuso y cada vez es más raro verte con un señor con el receptor en la mano oyendo los partidos.

Cuando la radio te informaba del número de transistores


El paso de las válvulas de vacío o termoiónicas, que había que esperar a que se calentaran para que la radio empezase a funcionar, a los transistores de estado sólido, trajo consigo toda una revolución en la electrónica. En ese campo fue sin duda uno de los mayores avances jamás visto por los hombres. No solamente permitió producir aparatos electrónicos más pequeños, ligeros y robustos (y también de menor consumo), dando paso a partir de entonces a lo que se conocería como microelectronica, sino que también abarató los precios de los circuitos (ahora sí, integrados), pudiendo reunir toda la circuitería en una placa y favoreciendo su producción en masa.

Durante los siguientes años el transistor fue haciéndose con el mercado, sustituyendo en casi todo a las válvulas de vacío. Uno de los primeros aparatos en aprovecharse de este significativo avance fue indudablemente la radio. Hasta tal punto influyó en su historia que a la radio se la llegó a denominar "transistor", equivocadamente porque para ser justo tendría que ser "transistores", ya que un receptor de radio lleva varios.

La radio en la que podías reemplazar el exterior


Algo que deja patente el cambio de tiempo y filosofía que vivimos son detalles como este. Probablemente muchos no lo recordaréis, pero antiguamente los receptores de radio solían incluir en su parte posterior un esquema eléctrico de su circuito y componentes. El fin del mismo, obviamente, no era el de formar técnicos electrónicos "por el mundo entero", sino que tenían dos importantes y curiosas razones para estar ahí.

Una de ellas era servir de guía a los técnicos en la reparación. Porque sí, se reparaban, no se tiraban a la basura. El técnico podía conocer qué pieza sustituir, dónde estaba e incluso cómo acceder a ella.

La época en la que la radio también ofrecía televisión


La amenaza de la televisión y el temor a su popularización y a que acabase con la radio (no era una simple opinión, realmente se llegó a temer que ocurriera) hizo que algunos fabricantes "se pusieran las pilas" y, aparte de ofrecer aparatos de radio para la sintonización habitual de AM (y SW en algunos casos, incluida), ofertaran a sus clientes algún extra más. Así, de receptores con la única posibilidad de recibir las transmisiones de Onda Media, se pasó a receptores con posibilidades de lo más variopintas en cuanto a las frecuencias que eran capaces de recibir.

Uno de esos extra eran los aparatos de radio que podían sintonizar con las emisoras de los aviones, pudiendo escuchar las conversaciones de radio entre la torre de control y las cabinas de los pilotos. La intención era ofrecer, a aquellas personas que viajaban mucho, un curioso entretenimiento y, por qué no, un extra de información.

Vivir en un vagón de mercancías


Uno de mis sueños -irrealizable, ya lo sé- sería poder vivir en un vagón de tren, tener allí un camastro, un escritorio, una lámpara, una silla y poco más. Y una bici en un rincón, claro. Poder ir de estación en estación, ver el trasiego de las gentes, sus idas y venidas, y los distintos paisajes, túneles, apeaderos y vías entre el incesante traqueteo del tren.

En cierta manera me parece bastante romántica la forma que tenían de viajar algunos de los más pobres en el Lejano Oeste, saltando sobre los trenes con locomotoras a vapor en movimiento y tumbándose entre el heno de uno de los vagones de mercancías. Por supuesto estamos hablando de hace mucho tiempo, mejor no intentar hacer eso hoy porque te puedes complicar la vida de mala manera.